Radiografías

Hacer un tratamiento de conductos sin realizar radiografías, es hacerlo a ciegas. El localizador de ápices nos indica de una manera muy fiable la longitud de trabajo, pero las radiografías nos aportan datos que no podemos dejar de conocer. Grado de curvatura de las raices, si presenta curvaturas abruptas, bifurcaciones, calcificaciones, infecciones apicales…

Son necesarias las siguientes radiografías:

  1. De diagnóstico. Para conocer antes de hacer nada como son los conductos.
  2. De conductometría. Para comprobar lo que nos  marca el localizador.
  3. De conometría. Para comprobar que el cono del material de obturación (gutapercha) llega hasta el limite que nos marcó la conductometría.
  4. Final. Para comprobar el relleno de los conductos.

Es posible que alguna de ellas haya que hacerla desde diferentes angulaciones, para hacerse una idea tridimensional del sistema de conductos.

Ante la pregunta si son muchas, hay que decir que en odontología/medicina la pregunta correcta no es si son muchas radiografías, sino si están indicadas. Hacerlas para conocer lo expuesto anteriormente, es la indicación que tiene. No hacerlas poniendo cualquier excusa es un error grave que puede poner riesgo la viabilidad de la pieza.

En el siguiente caso es evidente que no se hicieron radiografías. Todo y así se le hizo una funda sin conocer la evolución del caso. Ahora la persona sufre flemones repetitivos y es posible que pierda la pieza o requiera un tratamiento más costoso en tiempo y dinero para reparar el daño.